Conferencia de prensa en la Cámara de Diputados

Ciudad de México, 20 de Marzo de 2018

Conferencia de prensa del Ing. Javier Jiménez Espriú

Buenos Días:

Como es del conocimiento de todos los presentes, desde hace varios meses venimos alertando sobre situaciones enormemente preocupantes, que se vienen presentando en relación al proyecto del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México.

Como lo hemos señalado, este proyecto se está construyendo en uno de los sitios menos adecuados para la construcción de un aeropuerto. La naturaleza lacustre del sitio y la enorme compresibilidad del suelo, hacen que no sólo la construcción de un aeropuerto ahí, sino su mantenimiento posterior, resulten exorbitantemente caros. La ubicación que se la ha dado a las pistas del proyecto del aeropuerto, hace que éstas sean inoperables conjuntamente con las del Aeropuerto Internacional Benito Juárez y con las del Aeropuerto Militar de Santa Lucía. Esto hace caer en el absurdo, de que para que el nuevo aeropuerto pudiera entrar en operación, habría que cancelar infraestructura valiosa, que todavía tiene años de vida útil. Esto también representa, también la imposibilidad de efectuar una transición segura y eficiente del aeropuerto Benito Juárez al aeropuerto proyectado, ya que el cambio de un aeropuerto existente a uno nuevo no se realiza de un momento a otro, sino que es un proceso paulatino que debiera implicar la operación conjunta de ambos aeropuertos.

Además de lo anterior, como ya también lo hemos señalado, el proyecto del nuevo aeropuerto presenta graves defectos en la planeación de su urbanización. Las vías de acceso no han sido definidas, no se han diseñado las ampliaciones necesarias al Sistema Colectivo de Transporte Metro que un proyecto de esta naturaleza requiere, ni se cuenta con un planteamiento para conectar al aeropuerto con el sistema ferroviario. Nada de esto ha sido resuelto, ni se tiene la certeza de que pueda ser resuelto favorablemente.

Aunado a lo anterior, la opacidad en el manejo de los recursos públicos que ha caracterizado a este gobierno federal, encuentra uno de sus casos más dramáticos en el proyecto del nuevo aeropuerto. En este, importantes contratos multimillonarios han sido otorgados bajo adjudicaciones directas. Se ha empleado un esquema de financiamiento apalancado en los flujos generados por el aeropuerto existente, de manera que los acreedores y los contratistas cobran, aunque el aeropuerto nunca llegue a terminarse.

Ante estos y muchísimos otros problemas que presenta el proyecto del Nuevo Aeropuerto, el Licenciado López Obrador ha indicado que de resultar ganador de las elecciones presidenciales, solicitará que se pare el proyecto para someterlo a revisiones técnicas, legales, financieras y operativas, a fin de confirmar su viabilidad o evitar que se convierta en uno de los “Elefantes Blancos” más caros de la historia.

Ante esta actitud de elemental prudencia, los funcionarios encargados del proyecto han actuado con suma irresponsabilidad. Han decidido “blindar” el proyecto, este es el término que usan, mediante el compromiso desbordado de recursos, a un nivel que no guarda ninguna relación con lo efectivamente realizado. Señalan que se ha comprometido el 85% de lo presupuestado -13.3 mil millones de dólares es decir, alrededor de 250,000 millones de pesos-, sólo para la primera fase, que debió terminarse en 2018 y tiene un retraso no menor de tres años. La segunda fase requeriría en términos presupuestales de hoy, otros 10 mil millones de dólares. Esto lo hacen con la idea de que, ante el monto de lo comprometido, se haga demasiado cara la cancelación del proyecto, aún si el proyecto no resulta técnicamente conveniente o resultan desorbitados sus costos de construcción y mantenimiento.

En el mismo tenor de esta actitud irresponsable, nos ha llegado información de que los funcionarios encargados del proyecto, a espaldas de la sociedad y del Congreso, a tan sólo 3 meses y medio de la elección presidencial, en la que el puntero es precisamente quien ha planteado una revisión del proyecto, pretenden colocar a través de la Bolsa Mexicana de Valores, un instrumento de deuda llamado Fibra E, que efectivamente PRIVATIZARÍA el proyecto del Nuevo Aeropuerto y generaría cuantiosísimas obligaciones de pago a los tenedores de este instrumento, en caso de que el proyecto se cancele por no resultar técnica o económicamente viable.

Cabe mencionar que hoy disponen de 6 mil millones de dólares que adquirieron con bonos que causan intereses y que no se han utilizado por el retraso de las obras, pero quieren hacer la operación “blindaje”.

Según se nos ha informado, este instrumento le otorgaría a sus tenedores un porcentaje incremental del flujo distribuible del aeropuerto existente y, si alguna vez llega a entrar en operación, del nuevo aeropuerto. Este flujo, se incrementaría sustancialmente en caso de que el proyecto del nuevo aeropuerto se cancelara. Este instrumento, aparentemente, también le otorgaría a sus tenedores derechos corporativos en el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México, tal como si fueran accionistas. Estos tenedores, tendrían derecho a nombrar dos miembros del Consejo de Administración de dicho grupo aeroportuario, derecho de veto en acciones importantes del grupo y tendrían acceso preferencial a una potencial colocación bursátil de las acciones del grupo.

Esta operación, según la prensa nacional, se realizaría el próximo 23 de marzo, siendo el Banco Credit Suisse Securities, el colocador global de la oferta de las Fibras E.

Resultaría sumamente preocupante que esta información que nos ha llegado se materializara. Resultaría preocupante, que funcionarios públicos actuaran con la irresponsabilidad de, premeditadamente, hacer más cara la cancelación de un proyecto que puede no ser técnicamente viable. Resultaría asimismo preocupante, que el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México se privatizara y, sobre todo, de esta forma, a espaldas de la opinión pública y del Congreso. Resultaría también muy preocupante, el uso del sistema financiero del país, de la Bolsa Mexicana de Valores, para cometer tal violación al deber de cuidado que tienen los funcionarios en relación con los dineros públicos.

Finalmente, resultaría sumamente preocupante el engaño a los potenciales inversionistas, si no se les ha informado de los serios problemas que enfrenta el proyecto y de la irresponsabilidad que implica emitir un instrumento como el que nos han descrito, en estos momentos y en el estado que guarda el proyecto.

Por lo anterior, ponemos en sobre aviso a las autoridades bursátiles y requerimos a los funcionarios involucrados para que se abstengan de actuar con la irresponsabilidad a la que hemos hecho referencia.

Exigimos al Gobierno de México y al Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México, el informar a los mexicanos, verdaderos dueños del patrimonio nacional, qué compromisos se adquirirían, además de los estrictamente económicos y financieros, en beneficio de quienes participaran en el financiamiento con las FIBRAs-E y en detrimento de la soberanía del Estado en un punto estratégico de la infraestructura nacional como es el Aeropuerto más importante del país.

Muchas gracias.

2 comments

  1. Arturo Constante dice:

    Buen día Ing Javier Jiménez Espriú,

    Como ingeniero estoy en total acuerdo con sus aseveraciones, el suelo y subsuelo del lago de Texcoco tiene una altísima concentración de bicarbonatos que lo hacen cáustico lo que hace carcomer en forma acelerada toda substancia agena al mismo por el efecto leaching en el terraplen o capas de compactación del tepetate, las membranas y las estructuras de concteto (pilotes principalmente), lo que imposibilita mantener la resistencia mecánica del suelo.

    Esto se lo advertí a los directivos de International Hill que buscaban contratarme como gerente consultor de planeación para la construcción del NAICM, pero me advirtieron que yo no me metiera en la ingeniería civil por lo que decidí rechazar su oferta (muy atractiva) al conocer el riesgo que representaba, pues como alternativa les propuse se construyera el aeropuerto en Tizayuca.

    En 1994 me tocó el cambio de operaciones entre el viejo y nuevo aeropuerto Stepleton en Denver, el que más operaciones tenía en Estados Unidos en ese entonces; en un solo día se realizó el cambio de operaciones dejando de operar el antiguo aeropuerto.

    Permitame presentarme como un ingeniero especialista en gerenciamiento, planeación y control de proyectos IPC en agua, energía, O&G y transportes; con diez años de experiencia en el sector aereo nacional e internacional.

    • Arturo Constante dice:

      Solo para complementar, si el NAICM en la base aérea de Santa Lucía se construirán dos pistas paralelas con la distancia reglamentaria para permitir operaciones simultáneas en ambas pistas, no sería necesario que ambos aeropuertos operaran simultáneamente pues el principal problema de saturación del actual AICM es porque no se pueden realizar dichas operaciones simultáneas en ambas pistas.

      Por otro lado si el actual sería para rutas domésticas y el de Santa Lucía para internacionales, tampoco habría problema pues las turas aéreas son distintas y en la actualidad el AICM no para para que se realicen operaciones en el de Santa Lucía y viceversa, por la sencilla razón que la predominancia de vientos no provoca el cruce de rutas.

      Puedo proponer otras alternativas que se han implementado en espacios aereos congestionados y o con doble aeropuetos como en Paris el Charles y el Orly; y en general en Europa y Asia de lo cual la ICAO no desconoce.

      No podemos permitir más FOBAPROAs ni SOCABONES como bien lo ha mencionado López Obrador.

      Saludos Cordiales

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